SER MUJER ES EL MÁS ALTO HONOR - por el presidente N. Eldon Tanner

Esta mañana quiero testificar al mundo que yo que Jesús es el Cristo, el Hijo del Dios Viviente, y que vino al mundo a morir por nosotros. Y fue crucificado, a pesar de haber sido El quien nos dio el plan de vida y salvación. Mediante su resurrección todos tenemos la oportunidad de gozar de la vida eterna. Los profetas siempre han sido perseguidos, y muchos de ellos asesinados al enseñar la ley del Señor. ¡Qué situación tan seria para meditar!

También deseo testificar que su Iglesia, con la totalidad del evangelio, ha sido restaurada mediante uno de sus profetas elegidos; que la Iglesia de Jesucristo está aquí: y que El la dirige mediante un Profeta viviente. Hago un llamamiento a todos los hombres para que escuchen la palabra que el Señor nos ha dado por medio de la voz de su Profeta, para la salvación de la humanidad. No la ignoréis, ridiculicéis ni tratéis de destruirla.


Hoy me gustaría hablar sobre el papel de la mujer en esta Iglesia, en donde tenemos un incomparable grupo de maravillosas esposas, madres y mujeres solteras, dedicadas a la obra del Señor, y al servicio de sus semejantes. Están afiliadas a la Sociedad de Socorro, la principal organización femenina; a la Primaria, en donde se instruye a nuestros hijos; a la Escuela Dominical, donde se enseña a todos el evangelio del Señor; a la A.M.M. del Sacerdocio Aarónico y de Melquisedec, que proporcionan actividades físicas y sociales a los jóvenes y adultos; y además, sirven con dedicación y destreza en otras actividades.


Hace algunos días, después de discutir con algunos hombres sobre diferentes asuntos de negocios, la conversación se volv más informal cuando uno de ellos dijo: "Yo tengo la esposa más maravillosa del mundo." Otro repuso: "Eso es lo que tú crees. Yo pienso que soy yo quien tiene la mejor." Y el tercero agregó: "¡Qué bendición tan grande es tener una esposa a la que se ama, y que lo ama a uno! Una buena ama de casa y madre, con grandes ideales, que cree en Dios y quiere ayudar a su familia a aceptar y vivir las enseñanzas del evangelio de Jesucristo."

¿Qué mujer desearía mayor gloria o tributo que el proveniente de un esposo comprensivo y amoroso? El aplauso y homenaje del mundo se minimizan cuando se comparan con el apoyo de Dios y las expresiones de amor y aprecio que nacen en los labios y el corazón de aquellos que la rodean y la aprecian.

Dios ha puesto en claro desde el principio que la mujer es muy especial y ha aclarado también "su posición", obligaciones y destino en el plan eterno. Pablo dijo que el varón es imagen y gloria de Dios, y que la mujer es la gloria del varón; también que con el Señor, ni el varón es sin la mujer, ni la mujer sin el varón. (Véase 1 Cor. 11:7,11.) Notaréis que se menciona a Dios significativamente en relación con esta gran asociación, y no debemos olvidar que uno de los mayores privilegios, bendiciones y oportunidades es que la mujer pueda ser colaboradora de Dios en la tarea de traer al mundo a sus hijos espirituales.


Este glorioso concepto es de una importancia tal que Satanás y sus legiones están usando argumentos científicos y propaganda nefasta para engañarla, haciéndola alejarse de sus reponsabilidades primordiales como esposa, madre y ama de casa. Se habla de emancipación, independencia, liberación sexual, control de la natalidad, abortos y demás propaganda insidiosa que rebaja el papel de la mujer: todos estos son medios que Satanás emplea para destruir a la mujer, al hogar y a la familia que es la unidad sica de la sociedad.


La radio, la televisión y las revistas pornográficas son algunos de los medios más eficaces para rebajar a la mujer, usándola como símbolo sexual -explotación sexual- como lo llaman algunos. La ropa indecente, las drogas y el alcohol destruyen la castidad, la virtud y aun la vida misma. Con la comunicación y transporte modernos, un mayor número de personas se entera de lo que sucede en el mundo. Debido a esto ya se están sintiendo las influencias y efectos degradantes.


Tanto los jóvenes como los adultos pueden obtener pornografía, drogas y alcohol en cantidades alarmantes, que están destruyendo los valores morales y deteriorando la mente y los procesos del razonamiento de aquellos que sucumben ante esos engaños demoníacos.


El presidente Dallin Oaks, de la Universidad Brigham Young, dijo recientemente al cuerpo estudiantil: "Estamos rodeados de ejemplos que fomentan las relaciones sexuales ilícitas, tales como publicaciones, revistas y aun las pantallas de cine. Las historietas y películas pornográficas y eróticas, son peores que una comida inmunda o descompuesta. Nuestro organismo tiene defensas que lo protegen de una comida dañina; pero la mente no puede desembarazarse de la inmundicia. Una vez que algo se ha grabado; permanecerá en ella proyectando sus pervertidas imagines y alejándonos de las cosas edificantes de la vida."

Es muy importante que nuestras venes se mantengan alejadas de esa clase de contaminación. Las jóvenes de hoy son las mujeres del mañana, y es necesario que se preparen para desarrollar ese papel. ¿Os imagináis qué clase de mundo tendríamos en el futuro si las venes de hoy se debilitaran moralmente a tal grado que no enseñaran la virtud en su hogar? Y si llegaran a tener hijos, no los criarían en hogares santificados por las leyes del matrimonio.

El matrimonio es una ordenanza de Dios, y debemos hacer todo lo posible por reforzar esos lazos unificadores, fortalecer nuestros hogares y prepararnos para vivir ejemplarmente, enseñando a nuestros hijos la senda de Dios, que es el único medio para que ellos encuentren la felicidad aquí y en la vida eterna.

A medida que enumeramos las importantes responsabilidades que la mujer tiene con relación a sus deberes como esposa, madre, ama de casa, hermana; novia o buena vecina, es evidente que éstas pueden satisfacer su necesidad de expresar sus talentos, intereses, creatividad, dedicación, energía y esfuerzo, lo que tantas mujeres tratan de hacer fuera del hogar. Es imposible valorar la perdurable influencia positiva que ella puede tener en cualquiera de sus papeles en el hogar. Permitidme recordaros sus responsabilidades primordiales.

Primero, como antes mencioné, es copartícipe con Dios para traer al mundo a sus hijos espirituales. ¡Qué concepto tan glorioso! No puede haber honor más grande, y con él surge la tremenda responsabilidad de amar y cuidar de esos niños para que aprendan sus deberes de ciudadanos y todo lo que deben hacer para volver a la presencia del Padre Celestial. Debe enseñarles a comprender el evangelio de Jesucristo y a aceptar y vivir sus enseñanzas. A medida que entiendan el propósito de la vida y hacia dónde se dirigen, obtendrán el entendimiento necesario para escoger lo verdadero y rechazar las tentaciones de Satanás, quien está realmente decidido a destruirlos.

La madre ejerce sobre sus hijos una influencia mayor que cualquier otra persona, y debe tener en cuenta cada palabra que pronuncie, cada respuesta que y aun la forma de vestirse y arreglarse, ya que esto afecta la vida de sus hijos y de toda la familia. Es en el hogar con la madre, donde el niño adquiere las actitudes, esperanzas y creencias que determinarán la clase de vida que eligirá y la aportación que hará a la sociedad.

El presidente Brigham Young expresó que las madres son un instrumento en las manos de la Providencia y el elemento que da sabor a la humanidad, y que guía Destinos y vida de hombres y naciones en la tierra. Además dijo: "Dejemos a las madres de cualquier nación que enseñen a sus hijos a no hacer guerras y éstas no surgirán entre ellos" (Discourses of Brigham Young, pág. 199).

Cuando el Señor Dios dijo: "No es bueno que el hombre esté sólo, le haré ayuda idónea para él", se expresó literalmente y a continuación creó a Eva. (Gen. 2:18.) Se nos ha enseñado que: "Por tanto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne", y así se describe la relación que debe existir entre el hombre y la mujer. (Gen. 2:24.) Se dice que detrás de un buen hombre siempre hay una buena mujer y mi experiencia personal me dice que ésto generalmente es cierto.


Es interesante notar que cuando las compañías solicitan nuevos empleados o se preparan a ascender a los que ya tienen, a los jefes les interesa mucho saber qué clase de esposa tienen aquéllos. Esto parece ser muy importante. Cuando se considera a algún miembro para que desempeñe cargos en la Iglesia, siempre se toma en cuenta la personalidad de su esposa, y si podrá o no apoyarlo en su responsabilidad.

Mujeres, vosotras sois una gran fuente de fortaleza y apoyo para los hombres y a veces cuando ellos más necesitan ayuda es cuando menos la merecen. Un hombre no puede tener mayor incentivo, fuerza y esperanza que el de saber que su madre, novia o esposa confía en él y lo ama. Y debe luchar cada día por ser merecedor de esa confianza y ese amor.

El presidente Hugh B. Brown dijo en una conferencia de la Sociedad de Socorro: "Algunos hombres tienden a creer que las mujeres pertenecen al sexo débil, pero yo no pienso así. Puede ser que físicamente lo sean, pero espiritual, moral, religiosamente y en la fe, ¡qué hombre podría formar pareja con una mujer que se haya convertido realmente al evangelio! Las mujeres siempre están dispuestas a sacrificarse más que los hombres; son más pacientes en el sufrimiento y más fervorosas en sus oraciones, igualan y muchas veces superan a los hombres en alegría, bondad, caridad y fe" (Conferencia de la Sociedad de Socorro, 29 de septiembre de 1965).

Jovencitas, no menospreciéis la influencia que tenéis sobre vuestros hermanos o novios. Si vivís dignas de su amor y respeto, podréis ayudarlos en gran manera a ser limpios, virtuosos, triunfadores y felices. Recordad siempre que en la vida podéis lograr más con respeto que con popularidad. Hace unos días estaba leyendo el informe de una conversación entre dos jóvenes estadounidenses, prisioneros de guerra en Vietnamí. Uno de ellos dijo: "Estoy cansado de la guerra, bombas, destrucción y prisiones de todo y de todos".

"Personalmente siento lo mismo -dijo el otro- pero conozco a una joven que siempre está orando para que yo regrese. Sé que se preocupa por mí y eso me ayuda a soportar todas las calamidades."

Quiero recalcar a las madres e hijas, a las mujeres de todas partes, que debido a la gran influencia y al poder benéfico que ellas tienen sobre nosotros, Satanás ha decidido destruirlas. No cedáis ante él. Tened el valor, la fuerza, el deseo y la determinación de vivir como el Señor quiere que viváis: limpia y sanamente. Jovencitas, conservaos virtuosas y haceos merecedoras de un hombre recto, que como vosotras se conserve limpio, para que juntos asistáis a la Casa del Señor y os selléis en los lazos eternos del matrimonio por el tiempo y la eternidad, y preparéis un hogar donde Dios pueda mandar a sus hijos espirituales. Entonces podréis enfrentaros con vuestros hijos, con la seguridad de que vuestro ejemplo es el camino que lleva a la felicidad y el progreso eterno. Ellos tienen derecho a esa herencia, y ruego humildemente en mis oraciones que viváis para proporcionárselas.

La creación de la tierra tuvo como propósito proveer una morada donde los hijos espirituales de Dios pudieran venir para adquirir un cuerpo mortal y prepararse, al conservar su segundo estado, para la salvación y exaltación. La misión de Jesucristo fue poner al alcance del hombre la inmortalidad y la vida eterna. Los padres deben hacerse merecedores de esta bendición, ayudando así a Dios el Padre y a su Hijo Jesucristo en su misión. No existe honor más elevado que el de ser colaboradora del Señor en este divino plan, quiero decir, sin temor a equivocarme, que la mujer hallará más satisfacción y alegría, y hará una mejor contribución a la humanidad siendo madre digna y capaz de educar a sus hijos, que siguiendo cualquier otra vocación.

El Señor nos ha prometido grandes bendiciones si hacemos nuestra parte en este plan divino. Herbert Hoover, quien fue Presidente de los Estados Unidos hizo la siguiente declaración: Si pudiéramos tener una sola generación de niños que nacieran, se educaran y crecieran sanamente, miles de problemas se desvanecerían. Nos aseguraríamos de tener mentes más sanas y cuerpos más vigorosos para dirigir nuestras energías hacia metas más elevadas.(Citado por el presidente David O. McKay, Conterence Report, abril de 1931, págs. 79-80.)

¡Cuan afortunados somos en tener la Iglesia de Jesucristo establecida en estos últimos días con un Profeta de Dios sobre la tierra que recibe revelación y dirección divina para los hijos de los hombres! Somos bendecidos al poder conocer la personalidad de Dios, sus características y atributos. Se nos ha dado el plan de vida y salvación, y continuamente recibimos instrucciones sobre la forma en que debemos vivir para alcanzar la felicidad en esta vida y lograr la vida eterna. Además, tenemos organizaciones para instruirnos, educarnos en todas las cosas concernientes a nuestro bienestar temporal y espiritual.

Uno de los mejores programas instituido por la Iglesia es el que llamamos Noche de Hogar, que consiste en que todos los miembros de la familia se reúnan una vez por semana. Para mí es muy conmovedor saber que en todo el mundo, cada lunes por la noche se reúnen las familias de la Iglesia y el padre los dirige en las discusiones relativas al bienestar temporal y espiritual, usando el manual que ha sido cuidadosamente preparado. En los hogares donde la familia se junta regularmente y en la forma debida, las reuniones adquieren un inestimable valor espiritual, como lo demuestra la infinidad de testimonios que recibimos. Quiero instar a cada familia que siga este programa y puedo prometeros que si lo hacéis recibiréis muchas bendiciones de unidad, amor y devoción, y estaréis encantados con los resultados. La oración familiar es una parte muy significativa de esa noche así como lo es cada día, al igual que la oración personal.

No creo que exista nada mejor para el hombre que vivir en un hogar donde el apoyo diario de su esposa magnifique su sacerdocio; donde siempre haya armonía y amor, y donde ambos traten de crear una familia con hijos justos con los que puedan volver a la presencia de nuestro Padre Celestial. Esto puede parecer un sueño imposible, pero yo os aseguro que hay miles de familias que viven rectamente en la Iglesia y esto se puede convertir en realidad a medida que aceptemos y vivamos las enseñanzas de nuestro Señor Jesucristo. ¡Qué afortunado es el niño que viva en un hogar así y qué grande será la alegría de los padres en su posteridad!

Repito: Satanás está tratando de alejarnos del gran gozo que recibimos al guardar los mandamientos de Dios. Nunca debemos olvidar, y es preciso que io enseñemos a nuestros hijos, que Satanás existe y está dispuesto a exterminarnos. El sabe el significado y la importancia de la unidad familiar; sabe que civilizaciones enteras han sobrevivido o perecido según la fuerza o debilidad de dicha unión. Podemos mantenerlo alejado de nuestros hogares viviendo y enseñando a nuestros hijos a vivir los principios del evangelio de Jesucristo, desistiendo así la tentación cuando se presente, como es seguro que se presentará.


Jovencitas, preparaos para asumir el papel de madres, obteniendo el conocimiento y la sabiduría necesarios mediante una buena educación. Enseñamos que la gloria de Dios es la inteligencia; por lo tanto, debemos enterarnos de lo que sucede a nuestro alrededor y estar preparados para impedir que Satanás nos desvíe de nuestro destino divino. Mediante el conocimiento, la sabiduría , el empeño y el Espíritu del Señor, podremos salir adelante.


Creemos también que las mujeres deben tomar parte en los asuntos de la comunidad y en las organizaciones de la Iglesia, pero siempre deben recordar que los hijos y el hogar están primero y que nunca deben relegarse. La madre debe hacer sentir a sus hijos que los ama y que está profundamente interesada en su bienestar y en todo lo que hagan; esta responsabilidad es exclusivamente suya y no se debe dejar a nadie más. Se han hecho muchos estudios y experimentos que prueban que el niño que disfruta del amor y cuidado de su madre, progresa mucho más que el que permanece en casas-cuna, o con otras personas que no pueden prodigarle el mismo amor y protección.


El padre tiene también una gran responsabilidad. Los hijos necesitan de ambos. Mientras el padre esté en casa debe compartir con la madre los quehaceres para con los hijos menores, la disciplina y el entrenamiento de los mayores, y estar siempre dispuesto a escuchar los problemas y a dar orientación y consejo.


Estableced a través del amor buenas relaciones y canales de comunicación con vuestros hijos.


Quiero instar a todos los esposos, padres, hijos y hermanos, a demostrar mucho respeto y amor, a tratar de merecer a las mujeres que forman parte de su vida, sean esposas, madres, novias, hijas o hermanas. No hay forma más segura de que un hombre demuestre su falta de carácter, buena educación y cualidades, que mostrarse irrespetuoso hacia la mujer o hacer algo que la desacredite o la degrade. Para Dios es anticristiano, injusto y desagradable que cualquier esposo o padre asuma el papel de dictador y adopte actitud de superioridad sobre su esposa en cualquier forma.


En la conferencia de área en Munich, Alemania, el presidente Lee dijo a los esposos: "Si recordáis que la parte más importante de la obra del Señor que habéis de realizar está dentro de vuestro hogar, podréis mantener unidos los vínculos familiares. . . Si fortalecéis estos vínculos y atendéis a vuestros hijos, tened la seguridad de que vuestro hogar será un lugar al cual ellos acudirán en busca de ayuda cuando la necesiten en estos días turbulentos; entonces, el amor abundará y la alegría aumentará".


A medida que la mujer comprenda la importancia de su hogar y su familia, guarde con su esposo los mandamientos de Dios, para multiplicar y henchir la tierra, ame a Dios y a su prójimo como a misma, y enseñe a sus hijos a orar y caminar rectamente ante el Señor, su gozo aumentará y sus bendiciones se multiplicarán hasta que sobreabunden.

Estas bendiciones serán de alegría y regocijo en nuestra posteridad de hijos sanos y felices, bendiciones que no recibirán quienes rechacen esta forma de vida. Habrá paz y satisfacción en los logros de los hijos, que a su vez contribuirán a hacer un mundo mejor. Qué privilegio tan grande tendrán las familias que mediante la obediencia y el amor se preparan para regresar a la presencia de nuestro Padre Celestial, cuando se diga de ellos: "Bien, buen siervo y fiel. . . entra en el gozo de tu Señor" (Mat. 25:21).

Que tengamos ese privilegio y bendición, pido en el nombre de Jesucristo. Amén.

(Conferencia general de octubre de 1973)

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